Más dos mil jóvenes en los DeD de Tarrasa

El domingo día 14 de agosto la Catedral del Santo Espíritu de Terrassa se llenó con los jóvenes que han sido acogidos en la diócesis de camino hacia la Jornada Mundial de la Juventud. Se calcula que 2000 jóvenes llenaron el templo. La misa se celebró a las 8 de la tarde.

Estuvo presidida por Mons. Saiz Meneses, obispo diocesano, y concelebrada por Mons. Cristau, obispo auxiliar, Mons, François Maupu, obispo de Verdun (Francia), Mons. François Lapierre, obispo de Saint Hyacinthe (Canadá) y 70 presbíteros y diáconos. Asistieron la Sra. Teresa Casals, concejal en representación del Sr. Alcalde  y el Sr. Josep Rull, Diputado en el Parlamento de Cataluña.

A partir de las 7 de la tarde el templo se empezó llenar con jóvenes provenientes de Francia, Italia, Hungría, Polonia, Irlanda, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Ecuador, Canadá, Corea y Zimbawe, además de muchos jóvenes y adultos de la ciudad y la diócesis. En su homilía Mons. Saiz Meneses glosó la figura de la Virgen María como modelo para todo cristiano y enmarcó la Jornada Mundial de la Juventud a partir de los ejemplos del beato Juan Pablo II y el papa actual Benedicto XVI. Los jóvenes participaron en la celebración activamente con el canto, el respeto y el silencio y también la alegría y el gozo expresada con los aplausos.

Al acabar la multitudinaria misa tuvo lugar la fiesta final en la plaza, amenizada por varios grupos de jazz y también por la participación activa de grupos de los jóvenes de los paises que han participado a la celebración.

La diócesis de Terrassa ha acogido en esta ocasión 2000 jóvenes, que se han hospedado en las ciudades de Terrassa, Sabadell y Sant Cugat del Vallès en diversos colegios religiosos. Un número importante de voluntarios ha ayudado a coordinar el desarrollo de los actos y los temas logísiticos por todos estos jóvenes. A partir de mañana lunes día 15 de agosto todos estos jóvenes continúan su peregrinaje hasta Madrid para participar a la Jornada Mundial de la Juventud presidida por el papa Benedicto XVI.

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